El mercado laboral discriminatorio

El mercado laboral es discriminatorio hacia la mujer y, el que es más grave, no parece que lo deje de ser a corto plazo. Las mujeres trabajaban en 2011 una media de 5,22 horas semanales menos que los hombres, y durante la crisis, lejos de menguar, esta cifra se ha incrementado hasta las 6,03 horas de diferencia.

Trabajan menos horas, cobran menos por las que hacen y, según un informe elaborado por la Fundación Gadeso, son las que sacrifican la carrera profesional para dedicarse a las tareas del hogar en una proporción espectacular: 8 de cada 10 personas inactivas para dedicarse a la casa eran mujeres.

Las causas de la inactividad laboral que prevé la encuesta de población activa son la jubilación, una invalidez, los estudios o la dedicación a las tareas del hogar. El año 2014, el 83,9% de la población inactiva por motivo de dedicación a las tareas del hogar era femenina.

En opinión de la secretaria de Igualdad y Política social de CCOO, Eva Cerdeiriña, “hay que exigir recursos para el despliegue integral de la Ley de dependencia o el restablecimiento del presupuesto destinado a la educación de 0 a 3 años”, medidas que corresponde tomar a los poderes públicos con el fin de que las tareas de cura y atención de las persones dependientes “no recaigan exclusivamente sobre las familias y, dentro de estas, sobre las mujeres, con el propósito que las mujeres podamos incorporarnos en términos de igualdad al espacio público y en el mundo del trabajo”, afirma.

Por CCOO, la contratación a tiempo parcial a menudo no es voluntaria. Y si lo es, tiene demasiado a ver con las responsabilidades familiares que recaen sobre la mujer.

En cuanto a la composición sectorial de la población asalariada, Gadeso destaca la caída de la población femenina en el sector público. En cuatro años ha bajado un 12,6% y en 2014 ya está por debajo de la masculina, después de haber sido durando muchos años, el sector público, uno de los pocos lugares donde la mujer tenía más presencia. Esto tiene que ver, según la Fundación Gadeso, con los recortes aplicados en los servicios públicos. Son unos servicios a menudo asistenciales que precisamente dedican recursos a menores y a población de la tercera edad, dos segmentos en los cuales la mujer asume mucha más responsabilidad.