La experiencia de conducir

Conducir un Ferrari DifferentcarsEl mundo del motor constituye una potente industria de gran relevancia que genera un consumo y un interés inigualables. La conquista de los vehículos al consumidor es innegable y por ello siempre se intenta innovar y proporcionar nuevas metas con tal de sorprender y generar nuevas expectativas.

Los vehículos que más se comercializan son los coches. Circular por la carretera constituye un placer indescriptible. No podemos ofrecer una definición explicita debido a que cada experiencia es única y diferente, con diferentes matices. La carrocería, el mundo del motor, las sensaciones que nos transmite, la brisa, el manejo… son mecanismos y componentes que generan en nosotros una sensación agradable indefinible.

Muchos se dejan guiar por marcas de gran reputación y desean poder conducir un Ferrari para poder apreciar los mecanismos que componen el motor así como la experiencia que genera en el conductor. El ruido, el roce con el asfalto, el olor, la temperatura… todo se engloba en el momento, en el instante de la conducción generando así un ambiente único.

Conducir es un viaje en el que exploramos el mundo desde dentro de un vehículo. Se trata de una actividad bastante cotidiana para aquellos que poseen un coche pero que en ocasiones se desvalora debido a que se trata de un trámite, un medio para llegar a otro sitio, como por ejemplo ir al trabajo o a recoger a los hijos.

Sin embargo, viajar en coche sin tener prisa, sin la necesidad de ir a un lugar concreto, dejándonos llevar… constituye un momento que puede ser muy especial para aquellos a quienes les gusta conducir. Sentir que nos alejamos del bullicio y que nos adentramos en lugares nuevos o más apartados o que nos despiertan interés puede llegar a ser un lujo. En estos casos el destino no posee una gran relevancia sino que lo que importa es el recorrido y las sensaciones que éste nos proporciona.

Explorar, alejarnos, evadirnos, disfrutar… son verbos que generalmente se asocian a la hora de conducir simplemente por el placer y el gusto que esta acción nos ofrece. Ya sea de noche o de día, el hecho de conducir es, en ocasiones, un método bastante utilizado para evadirnos, para distraernos, para desconectar del estrés y de la rutina.

Para algunos es la adrenalina de la velocidad, para otros el sonido del motor, para otros el descubrir nuevos horizontes… sea cual sea el motivo la conducción es un placer bastante generalizado. En ocasiones el placer de la conducción está condicionada por una serie de factores, como por ejemplo el modelo y la marca del coche.

Los más exigentes y, por tanto, más entendidos en el mundo del motor saben apreciar el valor que supone conducir vehículos como por ejemplo los Ferrari que están confeccionados con estrictas y eficientes metodologías con tal de satisfacer las más altas expectativas y experiencias. Los entendidos en el mundo del motor saben apreciar y diferenciar la conducción de un vehículo de media calidad con un vehículo de gama superior puesto que saben apreciar los matices y saben extraer el mayor jugo de esta experiencia.