El presente de las clínicas dentales

Si dices mentiras te caerán los dientes, asegura el dicho. Los dentistas son expertos en dentadura pero también están adquiriendo conocimientos acelerados sobre la mentira. El Consejo General de Dentistas (órgano colegial de los dentistas al Estado español) emitía recientemente un comunicado exigiendo “la retirada de una publicidad falsa” hecho por la compañía aseguradora Néctar y en la cual se ofrecían descuentos en tratamientos odontològics. De este artículo nos informa la prestigiosa Clínica Dental Vielha clinicachela.com

El anuncio aseguraba que Néctar ofrecía ahorros de entre 30 y 2.000 euros a los precios “estipulados por el Colegio de Dentistas” para tratamientos como por ejemplo la limpieza dental o la ortodoncia invisible.

El Consejo General de Dentistas ha reaccionado con indignación afirmando que “la publicidad es radicalmente falsa” porque no hay ninguna lista de precios prefijados y es competencia de cada profesional establecer las tarifas de los tratamientos.
No es un caso aislado en este sector, porque la propaganda fraudulenta también ha traído el Colegio Oficial de Odontólogos y Estomatòlegs de Cataluña (Coec) a crear un observatorio de la publicidad, que quiere ser un canal directo de denuncia porque “todos los colegiados puedan poner en conocimiento del Coec aquella publicidad que crean que no se ajusta a la normativa o que pueda ser denigrando para nuestra profesión”.
Ignasi Chacón es miembro del Coec y forma parte de la comisión de control de la publicidad, y pone de manifiesto que “la problemática preocupa mucho los colegiados porque gran parte de esta publicidad puede dar mala información sobre la salud dental y sobre los tratamientos que hacen falta para cada caso”. Añade que nadie da duros a cuatro pesetas porque “son publicidades cebo, a precios muy bajos, pero que, un golpe a consulta, se disparan y derivan en presupuestos hasta cinco golpes más caros”. Lo compara con las prácticas de “las compañías aéreas de bajo coste, que decían vender un billete por cinco euros y acababan sumando incrementos por todo”.
El Coec considera que son las cadenas de franquicias odontològiques (se pone los ejemplos de Vitaldent o Dentix) las que tienen capacidad para hacer potentes campañas de publicidad engañosa por televisión, pero que esto acaba creando un efecto de mimetismo en las clínicas más menudes. “Entran en un juego similar y se dedican a llenar los buzones del barrio publicitant sus supuestas ofertas.”

El colegio apunta que cuando detecta casos de engaño “damos un toque de alerta al responsable sanitario del centro, porque los colegiados tienen que ser responsables de la publicidad que hacen”. Sobre este punto se especifica que “el responsable sanitario de una clínica no sólo tiene responsabilidad sobre el ámbito médico, sino que también es responsable de la publicidad que realiza la clínica ”.
Chacón admite que es como apagar un incendio con una regadera: “Hoy en día hay muchos dentistas, la competencia es terrible y parece que se impone la convicción que si no lo hago yo, habrá algún otro que sí lo hará”. La consecuencia es que el paciente acaba recibiendo una información completamente sesgada.
A pesar de que la legalidad permite perseguir judicialmente los casos de publicidad engañosa, Ignasi Chacón lamenta que “los casos tardan mucho tiempos a resolverse y, aunque te den la razón, aquella publicidad ha sido mucho tiempo circulante. Además, también hay el juego de la letra pequeña y de los asteriscos a pie de página”.
Por todo ello, el Coec busca convencer desde la concienciación más que no desde la represión. “No pedimos que se prohíba la publicidad, pero sí que esté más regulada y que se evite la publicidad engañosa”.
En este sentido, el Coec no apuesta para aplicar aquí las drásticas medidas que sí existen en otros países europeos y que prohíben rotundamente hacer publicidad bucodental. En el último número de la revista del Coec hay un completo análisis de la regulación publicitaria en Europa y, cogiendo datos del Consejo de Dentistas europeo y del EU Manual of dental practice, se expone que en Austria, la República Checa, Dinamarca, Permanecía, Eslovenia, Luxemburgo o Malta la publicidad está estrictamente prohibida, y que en Croacia y en Chipre sólo se permite excepcionalmente y de manera temporal en los supuestos de apertura de una nueva clínica dental.
Según datos del Association of Dental Dealers in Europe (Adde), el negocio que genera la industria bucodental en el Estado español es de más de 470 millones de euros el año.
La hambre para recoger un trozo de pastel ha hecho que, junto con la ampliación de la red de clínicas de las cadenas franquiciades, también las compañías aseguradoras y las mutuas de salud hayan centrado esfuerzos en el sector bucodental e impulsen la apertura de clínicas propias.
Ignasi Chacón también lanza un dardo acusatori contra determinadas prácticas de propaganda que llevan a cabo las aseguradoras. Critica que el Estado español sea “el único lugar donde se permita vender como seguro dental un producto que en realidad sólo es un plan de descuento”. Es rotundo a la hora de manifestar que no hay ningún seguro en términos de salud bucodental y precisa que el que hacen las aseguradoras es jugar con la semántica para cobrar unas cuotas mensuales que, después, sólo posibilitan una reducción del precio de los tratamientos al paciente. “No es ningún seguro”, dice.