Sexshops y Redes sociales
|Creo que todos sabemos que así como no es posible hacer publicidad en la red de armas, drogas alucinógenas, armas o cualquier tipo de productos o servicios ilegales, dentro de los cuales también se enmarcan la prostitución y el comercio sexual en general.
Es entendible y además plausibles que la red, y específicamente las redes sociales no permitan publicidad de actividades como la prostitución sobre todo cuando implica o está al alcance de menores de edad. Lo que no se puede entender con claridad es que esta prohibición legitima, de alcance a los anticonceptivos, los llamados juguetes sexuales (como el huevo vibrador, dildos..) y hasta a las obras de arte en donde aparezcan seres humanos desnudos.
En la parte que compete al tema que tratamos hoy, el del comercio electrónico de juguetes sexuales, el cual se desarrolla a través de los sexshops online, el gremio y los responsables de las empresas que en la red comercializan estos productos no entienden la restricción, máxime cuando el tema no ha sido debatido con ningún tipo de argumentos, ni validos ni no válidos.
Ante esta indiferencia y rechazo que el sector experimenta por parte de las redes sociales, concretamente facebook y twiter, debemos replantear la estrategia publicitaria en la red, pero así mismo abrir el debate y esperar a que estos portales se manifiesten y nos hagan saber porque los accesorios sexuales se miden para ellos con el mismo rasero que las armas o las drogas ilegales.
Las manifestaciones de los usuarios y las opiniones de expertos que ya tratan el tema como de salud pública, permitirán que las redes sociales por lo menos ofrezcan la oportunidad de esgrimir argumentos que sin duda son válidos, aunque obviamente permiten la divergencia de opiniones.
Dentro de lo mucho o poco que se pueda aportar a la discusión, es bueno advertir que no es posible que se dé el mismo tratamiento a drogas ilegales y armas, por cuanto su consumo y posesión respectivamente está penado por la ley, más no los productos objeto de la reclamación que se comercializan a través de los sexshop online. Ese solo argumento validaría la petición de permitir la publicidad de los productos distribuidos por estos portales en las redes sociales.
Así mismo, consideramos que es una restricción al derecho a la información al que tienen legítimo derecho los consumidores, no solo de estos productos sino en su calidad en general.
Los sexshops online, son empresas legítimas que contribuyen a la economía de los países en donde se encuentran presentes, y que registran altos niveles de ventas, por ende de utilidades, y en consecuencia de aportes fiscales. Estas compañías no merecen el trato discriminatorio con el que las redes sociales las acogen y por supuesto que siendo una actividad comercial total y absolutamente legal debe recibir igual tratamiento en todos los estamentos sociales.
La presencia de los sexshop online, en las redes sociales, es necesaria en aras de lograr una adecuada información de los consumidores y no se entiende en forma alguna por qué no es así.